El mercurio ha puesto en cuestión el consumo de atún, pese a que cada español toma tres kilos cada año (seis veces más que la ingesta media de la población mundial, 0,48 kg por persona).
El término “atún” engloba alrededor de una decena de especies de peces óseos marinos que conforman el grupo Thunnus. Es un gran pez cuya talla puede ir desde los 3 a los 8 metros y su peso entre 400 a los 900 kg. Su carne es roja o rosada y posee un 12 % de grasa, por lo que estamos ante un pescado graso. Pero esta grasa es rica en ácidos grasos omega 3, beneficiosos a la hora de disminuir los niveles de colesterol y de triglicéridos en sangre y de hacer la sangre más fluida, lo que disminuye el riesgo de aterosclerosis y trombosis.
Las especies de atún que se comercializan en nuestro supermercado son:
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria, Consumo y Nutrición (AECOSAN) explica que el mercurio es un elemento químico con cierta toxicidad para las personas, sobre todo en determinadas concentraciones.
Diversos procesos naturales (la actividad volcánica y la erosión de las rocas producida por el agua y el viento) liberan esta sustancia al medioambiente. Pero ha sido y es el ser humano quien la libera en mayor medida a través de diversas actividades como la industria, la minería, la quema de combustibles fósiles, la eliminación de residuos, etc. Además, el mercurio se ha usado en pinturas, vacunas, baterías, pilas, aparatos eléctricos y electrónicos y aparatos de medida (termómetros y barómetros), entre otras aplicaciones.
El mercurio, bioacumulable y persistente, está distribuido por todo el planeta. Cuando entra en los tejidos de las plantas y los animales, inicia su camino por la cadena trófica o alimenticia, por lo que comienza a formar parte de los alimentos. Armario escobero
En los océanos, el mercurio es un problema ambiental y de salud pública. Puede estar altamente concentrado en organismos acuáticos y su contenido tiende a aumentar a lo largo de la cadena alimentaria cada vez que una especie se come a otra.
El pescado es uno de los alimentos más contaminados por metales pesados porque en ellos se bioacumula el mercurio de los mares. Ese nivel de contaminación varía en función de la especie. Tiende a ser más alto en aquellas que se encuentran en la parte superior de la cadena alimentaria (grandes depredadores) como el atún rojo (no en conserva), el pez espada o emperador, el cazón, el marrajo, la tintorera, las mielgas o pintarroja y el lucio.
Con todo, según los expertos, el atún en lata, el bonito o la albacora no acumulan tanto mercurio y que no es habitual en nuestra región consumir atún rojo (Thunnus thynnus). Por otra parte, varios estudios han concluido que los valores de mercurio encontrados estaban muy por debajo del máximo legal establecido en la Unión Europea (1 ppm o parte por millón). Por lo tanto tendríamos que tomar 10 latas semanales para sobrepasar el máximo recomendado por la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA).
Que tomemos precauciones no significa que debamos erradicar todo el pescado de nuestra alimentación, ya que sus beneficios superan con creces los inconvenientes. La idea es prevenir riesgo siguiendo una serie de recomendaciones:
Ante cualquier duda a la hora de introducir el pescado en tu alimentación y, en concreto, el atún, consulta con tu médico. Aliméntate de forma saludable.
Fuentes:
Presencia de mercurio en el atún. ¿Consumirlo es peligroso?
El mercurio ha puesto en cuestión el consumo de atún, pese a que cada español toma tres kilos cada año (seis veces más que la ingesta media de la poblaci�
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2024-05-21
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